Sei de alguém por demais envergonhado
que por ser tão desajeitado
nunca foi capaz de falar
Só que hoje viu o tempo que perdeu
sabes, esse alguém sou eu
e agora eu vou-te contar
Sabes lá o que é que eu tenho passado
estou sempre a fazer-te sinais
e tu não me tens ligado
E aqui estou eu
a ver o tempo a passar
a ver se chega o tempo
de haver tempo p'ra te falar
Eu não sei o que é que te hei-de dar
nem te sei inventar frases bonitas
mas aprendi uma ontem, só que já me esqueci
então, olha, gosto muito de ti
Podes crer que à noite o sono é ligeiro
fico à espera o dia inteiro
p'ra poder desabafar
Mas como sempre
chega a hora da verdade
e falta-me o à-vontade
acabo por me calar
Falta-me o jeito
ponho-me a escrever e rasgo
cada vez a tremer mais
e às vezes até me engasgo
Nada a fazer
e é por isto que eu te conto
é tarde p'ra não dizer
digo como sei e pronto...
Quadrilha
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La química del amor está en marcha: abrazos, caricias, miradas
cómplices que no se ocultan al mundo. El enamoramiento
está en su fase álgida y sus cerebros, según las últimas
investigaciones, están en ebullición eléctrica (por las
descargas neuronales) y química (por las hormonas y sustancias
que participan). Toda una droga.
Empezando por la infancia, algunas investigaciones apuntan que
entre los cinco y los ocho años ya se desarrollan los moldes
cerebrales que determinan de quién nos enamoramos. Por ello, a
menudo el flechazo surge con personas parecidas a lo largo de
toda la vida. "Para que se produzca, debe haber concordancia de
interés entre las dos personas y que surjan recuerdos de otros
momentos de atracción", explica José Luis González de Rivera,
jefe de Psiquiatría en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid.
Y es que al enamorarse se provocan reacciones químicas
adictivas, como con las drogas, y el desamor produce síndrome de
abstinencia.
Para empezar, en contra de lo que se pensaba, las mujeres emiten
feromonas al ovular, como otras hembras de animales. Son
hormonas inodoras pero que perciben los hombres.
Un estudio publicado en la revista 'Evolución and Human
Behavior' detectó que las 'strippers' ganan el doble cuando
están ovulando que cuando tienen la menstruación, lo que sugiere
que los hombres responden a esos estímulos olfativos. También se
comprobó que los maridos son más celosos y más atentos
sexualmente con sus esposas durante el periodo de ovulación.
Otros investigadores han demostrado que, por su parte, las
mujeres detectan el complejo de histocompatibiblidad mayor (CHM)
del sistema inmune, unos genes que producen olores diferentes, y
sienten mayor atracción por los varones con un CHM diferente al
propio.
Descarga químicaUna vez encontrada la persona más atractiva, el
sistema nervioso se pone en marcha y se produce una descarga de
feniletilamina, un compuesto de la familia de las anfetaminas
que desata la pasión. «Ella es la responsable de producir
la excitación, la que hace que se produzca la dopamina, que es
el neurotransmisor relacionado con el placer y la
recompensa», comenta David Huertas, psiquiatra e
investigador del Hospital de Guadalajara.
Huertas no duda de que en el futuro se fabricarán sustancias que
favorezcan los enamoramientos con unas gotas de oxitocina (la
hormona de la confianza y el apego), serotonina (que genera
bienestar), dopamina y noradrenalina (que dilata las pupilas y
acelera la tensión).
Otra hormona que está en activo es la testosterona. Se ha
descubierto que la testosterona genera deseo sexual en las
mujeres, en las que actúa como un afrodisíaco que se podría
recibir de los besos de la pareja masculina.
Las resonancias magnéticas funcionales y la tomografías de
positrones han ayudado mucho a conocer qué zonas del cerebro se
encienden por amor. Según el equipo de Helen Fisher, son las
áreas afectadas por la dopamina (que se produce en la zona
tegmental ventral y se libera en el núcleo accumbens y la
corteza frontal) las que se ponen al rojo vivo, así como el
septum de las mujeres, una zona donde se sitúan las emociones, y
la corteza visual en los hombres, donde se aprecia la belleza.
Los investigadores Samir Zeki y Andreas Bartels comprobaron que,
además, se inhibe el córtex frontal, donde reside la
racionalidad y el sentido crítico respecto a la pareja. Son las
locuras del amor.
Una vez pasada la pasión, que dura meses, otras áreas comienzan
a funcionar, las vitales en las relaciones duraderas. Por ello,
una relación estable puede verse sorprendida por una aventura
imprevista. En otros casos no se llega a la segunda fase, y con
la pasión desaparece toda la atracción.
PRONTO, ISTO OBVIAMENTE NAO É COMENTARIO QUE PRESTE, MAS ACHEI QUE GOSTARIAS E QUE TEM A VER COM OUTRAS COISAS COM AS QUAIS SE "TEMOS " QUE VER
http://www.youtube.com/watch?v=SXkXCS9bjoE&feature=related
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